La Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP) reclama la presencia de desfibriladores externos automáticos en las instalaciones deportivas y la realización de un electrocardiograma a los niños antes de la práctica de deporte. De esta manera, según la SVP se podría ayudar en la identificación de población infantil de riesgo e intervenir en casos de parada cardio-respiratoria para prevenir casos de muerte súbita, como el sucedido el pasado sábado 3 de febrero que le costó la muerte a un adolescente de 15 años en Alzira.
La muerte súbita se produce como resultado de una parada cardíaca relacionada sobre todo con la fibrilación ventricular. Este ritmo cardiaco caótico representa entre el 75 % y el 80 % de las muertes súbitas de origen cardiaco y requiere de atención inmediata, ya que por cada minuto que se retrasa su tratamiento adecuado se reduce en un 10 % la posibilidad de supervivencia. Así lo recoge el DECRETO 159/2017, de 6 de octubre, de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública de la Comunidad Valenciana, por el que se regula la instalación y uso de desfibriladores automáticos y semiautomáticos externos fuera del ámbito sanitario, en la comunidad. [2017/9008]. Este decreto obliga a las instalaciones, centros o complejos deportivos en los que el número de personas usuarias diarias sea igual o superior a 500. “Fue aprobado el pasado mes de octubre en esta región y autoriza su uso a personal no sanitario. Sin embargo, no estamos seguros de que todos los centros cumplan la normativa y, además, no está extendida a toda España”, comenta la doctora Maria Maravall, vocal de especialidades pediátricas de la SVP, especialista en cardiología pediátrica. En total, son sólo siete las comunidades autónomas que obligan a disponer de desfibrilador en determinados espacios públicos.
Un desfibrilador automático o semiautomático externo (DESA) es un producto sanitario destinado a analizar el ritmo cardiaco, identificar las arritmias mortales tributarias de desfibrilación y administrar una descarga eléctrica con la finalidad de restablecer el ritmo cardiaco viable con altos niveles de seguridad. Esta definición incluye también a los denominados desfibriladores externos automáticos. “Su presencia en las instalaciones deportivas mejoraría la actuación inmediata en caso de parada cardio-respiratoria durante el deporte”, asegura la doctora Maravall.
El pasado 3 de febrero murió un futbolista de 15 años mientras jugaba un partido de fútbol base con su equipo el UD Alzira. “Esto nos hace plantearnos numerosas preguntas sobre si el caso se podría haber evitado. Lo cierto es que la muerte súbita en el deporte es poco frecuente, en la mayoría de los casos se produce por causa cardiológica, siendo algunos casos de difícil diagnóstico previo”, indica la doctora Maravall. Sin embargo, con la realización de una correcta evaluación predeportiva “se podría identificar a un número mayor de niños y adolescentes en riesgo y evitar situaciones de paradas cardíacas. Aun así, en algunos casos resultará indetectable e imprevisible”, advierte.
Para ello, es preciso disponer de una completa historia clínica con exploración física y un electrocardiograma hecho por personal médico entrenado en la detección de patología cardiovascular. Esta recomendación está recogida también en la Guía Clínica de Evaluación Cardiovascular publicada por el Consejo Superior de Deportes y la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas (SECPCC) en la que se unifican también los criterios de evaluación pre-deportiva en niños. “En el reconocimiento se tendrán en cuenta los antecedentes personales del menor y de sus familiares así como la presencia de posibles síntomas que hagan sospechar la presencia de una enfermedad cardiovascular”, señala la doctora Maravall.
Dominio de maniobras de reanimación
Además de la presencia de desfibriladores en instalaciones deportivas y la realización de un completo reconocimiento médico previo a niños y adolescentes deportistas, la SVP reclama la difusión de los conocimientos de las maniobras de reanimación cardiopulmonar a la población general. “Estas maniobras tienen como objetivo identificar si un niño tiene parada cardiorrespiratoria y la sustitución de las funciones respiratoria y circulatoria, mientras no se disponga de equipamiento específico. Es de vital importancia iniciarlas lo antes posible para conseguir una oxigenación de emergencia. Son fáciles de realizar y toda la población debería conocerlas para actuar en caso urgencia”, concluye la doctora Maravall.