Los trastornos de la conducta alimentaria son un importante problema de salud que puede provocar graves desequilibrios en el organismo, que deriven en enfermedades tanto físicas como psicológicas y con posibles secuelas. Este tipo de trastornos suele afectar a adolescentes y adultos jóvenes, especialmente mujeres.
Por ello, con motivo del Día Internacional Contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), desde la Sociedad Valenciana de Pediatría te explicamos cuáles son los más frecuentes, los riesgos que conllevan y los síntomas iniciales para poder identificarlos.
Índice de contenidos
Síntomas de los trastornos alimentarios
Los síntomas más característicos de los trastornos de la conducta alimentaria están relacionados con el peso irregular del afectado. Como ejemplo más típico, la pérdida de peso, sobre todo de forma repentina, es una señal muy importante a la que tanto los progenitores como pediatras deben prestar atención y alertar sobre este posible problema.
Además, los menores que suelen presentar este tipo de trastornos, es común que puedan tener un retraso puberal o ralentización de su crecimiento, alteración de la ingesta habitual de comida, vómitos de repetición y preocupaciones excesivas sobre su imagen corporal, tal y como detalla la Asociación Española de Pediatría.
¿Qué es la anorexia nerviosa?
En este sentido, uno de los trastornos de la conducta alimentaria más comunes es la denominada anorexia nerviosa. Esta enfermedad se caracteriza por un trastorno de la imagen corporal que le conduce a un peso corporal mínimo con o sin malnutrición asociada, ya sea por una restricción en la ingesta de alimentos y/o por una ingesta abusiva que se suele acompañar de prácticas compensadoras: vómitos inducidos, toma de medicamentos como laxantes o diuréticos, práctica excesiva de deporte…
El perfil tipo de una persona que padece de anorexia nerviosa es una niña adolescente o mujer joven con una excesiva preocupación por su imagen física y por la alimentación. Del mismo modo, este tipo de pacientes es habitual que presenten otros problemas como inmadurez afectiva, dependencia de su entorno, altos niveles de autoexigencia o negación de la situación, entre otras características. Asimismo, este trastorno también puede ir asociado con otro tipo de problemas psiquiátricos, emocionales o sociales.
Qué es la bulimia nerviosa
Por su parte, la bulimia nerviosa es otro de los trastornos de la conducta alimentaria más frecuentes y se caracteriza por realizar unas ingestas excesivas de comida y por mantener conductas dañinas para compensar esos abusos, como hemos referido antes.
Es habitual que estos pacientes oculten este tipo de trastornos por la vergüenza, inseguridad que les generan e incluso niegan que padezcan cualquier tipo de problema de salud. Este tipo de pacientes suelen tener una preocupación excesiva por los alimentos que se llevan a la boca y es frecuente que alternen dietas extremas con periodos de excesos, por lo que no suelen comer en público.
¿Qué es el trastorno de atracones?
Otra de las patologías habituales en la adolescencia es el denominado trastorno de atracones que se caracteriza por una ingesta excesiva de alimentos sin control en periodos cortos de tiempo acompañado de sentimientos de culpa. A diferencia de los trastornos anteriores, este no presenta distorsión de la imagen corporal y no suele asociarse con conductas compensatorias.
Así, el trastorno de atracones se relaciona con procesos y episodios de ansiedad, estrés y otros conflictos emocionales en los que los pacientes comen grandes cantidades de alimentos, generalmente hipercalóricos.
Diagnóstico y tratamiento
Debido a la complejidad y cantidad de factores que influyen en todos estos trastornos de la conducta alimentaria, la evaluación multidisciplinar del adolescente o adulto joven, tanto física como psiquiátrica, es un elemento esencial para poder diagnosticar la causa del problema y poder optar por el tratamiento más conveniente en cada caso. Además, en estos pacientes, en especial en el caso de las adolescentes, es fundamental la confianza entre el pediatra y la menor para poder valorar todos los aspectos que puedan estar asociados a estos problemas de salud.
De todos modos, hay que tener en cuenta que el tratamiento de estos trastornos de la conducta alimentaria son procesos de larga duración que se adaptan de manera particular a cada paciente y que la gran mayoría los superan. Así, las terapias para superar estos problemas de salud tienen como objetivo primordial recuperar el estado y peso nutricional adecuado mediante una alimentación saludable, atender los problemas de salud derivados de estos trastornos, educar en valores y hábitos alimentarios saludables y tratar las posibles patologías psicológicas asociadas.
Ante cualquiera de los síntomas y antes de optar por adoptar unas medidas concretas lo más adecuado, es que el menor o la menor, acuda a la consulta del pediatra para que diagnostique con precisión los posibles problemas de salud y trastornos de la conducta alimentaria para poder pautar el tratamiento más adecuado en función de cada caso.