Prevención de enfermedades infantiles en los meses de invierno

El invierno es una época del año que se caracteriza por el desarrollo de diferentes enfermedades que afectan a la población, incluyendo a los niños. La llegada del frío coincide con la aparición de enfermedades como gripe, resfriados, neumonía, bronquiolitis, faringitis o gastroenteritis. Es común que los niños padezcan alguna o varias de estas patologías durante los meses más fríos del año, ya que además son de fácil trasmisión, a través del contacto o por las gotitas que se expulsan al hablar, toser o estornudar.  

La convivencia de los niños en guarderías y colegios es una de las principales causas de la propagación de enfermedades. La bronquiolitis es una de las infecciones respiratorias más frecuentes en el lactante, constituyendo la causa más frecuente de hospitalización entre los menores de dos años en los meses de invierno.

Además, a las patologías habituales hay que sumar también la COVID-19. En general, esta enfermedad no tiene consecuencias graves para la salud de los niños. Suele cursar con síntomas leves, y tan solo el 0.88% de los menores de diez años infectados han tenido que ser hospitalizados desde el inicio de la pandemia en nuestro país, según los datos de un estudio reciente realizado por el Instituto de Salud Carlos III. Aunque los niños no parecen actuar de reservorio principal de la infección por COVID-19, no así como para otras enfermedades respiratorias que sí lo son, el niño enfermo puede transmitir la infección a contactos cercanos de riesgo, por lo que también deben realizar medidas de confinamiento. Medida de prevención que ha sufrido un incremento en la población pediátrica en las últimas semanas del 2021, al producirse un aumento significativo de casos de COVID-19 entre los niños menores de 12 años de edad.

Medidas de prevención de enfermedades

Para evitar que los niños sufran alguna de las enfermedades citadas durante los meses de invierno se pueden adoptar una serie de medidas que reducen el riesgo de contraer cualquiera de estas patologías. La higiene tanto personal como del entorno en el que conviven los niños son factores que influyen en el riesgo de contagio.

Por lo tanto, la primera medida de prevención es la higiene y limpieza personal de los niños. El lavado de manos es fundamental para evitar el contagio de enfermedades. Debe realizarse con frecuencia y sobre todo antes de comer, al llegar a casa o después de estar en contacto con otros niños o con objetos que puedan estar sucios.

Se debe cuidar también otros aspectos que van a permitir proteger a los niños de las enfermedades. Uno de ellos es la alimentación. Una dieta equilibrada, es clave para un sistema inmunitario fuerte y preparado para combatir las infecciones. También los factores ambientales, como la exposición a contrastes de temperatura, abrigar a los niños ante el frío propio del invierno y evitar la exposición al humo del tabaco.

Por otra parte, se deben cuidar también los espacios en los que se mueven los niños. Los lugares cerrados tienen que ventilarse periódicamente para evitar que los virus se queden en el aire. Lavar los juguetes y limpiar con frecuencia las superficies que estén en contacto con las manos y la boca de los niños. Evitar aglomeraciones y los ambientes propicios al contagio en la medida de lo posible.

El contagio de enfermedades se produce en muchos casos por el contacto con una persona infectada. Procura que tu hijo no tenga contacto con personas con síntomas de enfermedad. Puedes ayudar a prevenir que se extienda la enfermedad a otros niños dejando a tu hijo en casa hasta que se encuentre recuperado. 

Vacunación

Una de las medidas que ayudan a prevenir las enfermedades en los niños es la vacunación. Desde que nacen, los niños disponen de una serie de vacunas recomendadas, incluidas en los calendarios de vacunación infantil. Esto permite protegerles ante diferentes patologías.

La última vacuna introducida es la vacuna contra la COVID-19. En diciembre de 2021 se ha aprobado para niños de entre 5 y 11 años, después de que los adolescentes mayores de 12 años y los adultos ya hayan sido vacunados con anterioridad. Las autoridades sanitarias, así como el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, incluye la recomendación de la vacunación de niños mayores de cinco años contra la COVID-19, ya que se ha probado como segura y persigue entre otros beneficios la prevención de los casos graves, así como permitir reducir el número de contagios entre la población.

En caso de contraer cualquiera de las enfermedades propias del invierno, se recomienda llevar al niño al pediatra para poder realizar un diagnóstico, aplicar el tratamiento adecuado y comprobar si tiene signos de alguna complicación. Se debe seguir en todo momento las indicaciones de los sanitarios tanto para curar a los niños como para evitar que se propaguen enfermedades.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *