La diabetes es una enfermedad metabólica que se caracteriza porque las personas que la padecen tienen unos niveles de azúcar en sangre elevados como consecuencia de un funcionamiento irregular del sistema de secreción de insulina. Esta patología está incrementando su presencia en todo el mundo, de hecho, la diabetes es una de las enfermedades crónicas más comunes durante la infancia, según detalla la Asociación Española de Pediatría.
Por ello, los padres han de prestar especial atención a los síntomas que pueden indicar que el menor padezca de diabetes ya que esta enfermedad puede provocar importantes daños de salud y tiene múltiples riesgos.
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¿Cómo detectar la diabetes?
Hay que tener en cuenta que existen dos tipos principales de diabetes. Por un lado, se encuentra la diabetes tipo 1, que es aquella que se produce por déficit de insulina por la incapacidad del sistema pancreático de producir esta hormona que regula la glucosa en el organismo. Por otro, está la diabetes tipo 2, que es un tipo de diabetes que aparece por una resistencia a la insulina , por un déficit relativo de ésta o por un funcionamiento inadecuado del sistema secretor de insulina.
El tipo más común en la infancia es la diabetes tipo 1 cuya causa no está del todo clara, pero posiblemente interviene una predisposición genética a la que se añaden factores ambientales como los virus, la dieta o las toxinas, según el estudio EuroDiab. No obstante, tal y como indica la OMS, en los últimos años se ha registrado un incremento de los casos de diabetes de tipo 2 entre los niños y los adolescentes como consecuencia del aumento de la obesidad y la falta de actividad física, entre los principales factores de este ascenso.
Síntomas de la diabetes
En el caso de la diabetes tipo 1, los síntomas más comunes son una presencia muy frecuente de sensación de sed, las ganas de orinar de manera muy habitual, el exceso hambre, la pérdida injustificada de peso así como el cansancio, la fatiga o la irritabilidad.
Por otro lado, en el caso de la diabetes tipo 2, los síntomas anteriores son menos frecuentes, y puede, desde no producir ningún síntoma hasta visión borrosa, infecciones frecuentes de la piel y las encías o sensación de hormigueo en las extremidades. Además, en estos niños, las heridas y moratones suelen tardar mucho más tiempo en sanar y desaparecer.
Complicaciones en la salud de los niños y niñas con diabetes
Sin un tratamiento adecuado y pautado por el pediatra, estos síntomas pueden complicarse e incrementar los riesgos para la salud y los daños y las lesiones pueden ser irreversibles para los niños y niñas con diabetes. En este sentido, esta patología puede provocar alteraciones en el organismo del paciente que afecten a diversos órganos como son los ojos, el corazón, los vasos sanguíneos, los riñones, los nervios u otros problemas crónicos.
Por ejemplo, unos altos niveles de azúcar en el organismo de los niños pueden provocar problemas visuales, dificultades para ver en lugares oscuros y en casos extremos llegar a provocar ceguera. Del mismo modo, una glucosa elevada durante mucho tiempo puede desarrollar úlceras en la piel, especialmente en las extremidades como los pies y los dedos, o daños en los nervios que deriven en dolor, sensación de quemazón, hormigueo e incluso perdida de la sensibilidad.
Otras de las graves consecuencias que puede ocasionar un mal abordaje de la diabetes en los niños y exceso de azúcar en sangre es el control de la presión arterial o el colesterol. Esta situación puede provocar alteraciones en el ritmo cardíaco, problemas de circulación, daños cerebrovasculares o pérdida de peso repentina. Además, unos altos niveles de glucosa también pueden afectar a los riñones llegando a detener por completo la función que realizan.
Medidas de prevención de la diabetes
Además del tratamiento médico indicado por el profesional sanitario, se recomienda que los niños y niñas con diabetes tipo 2 controlen sus niveles de insulina, mantengan una dieta sana y equilibrada con menos grasa y azúcar y que practiquen ejercicio de forma regular como medidas principales. En el caso de los niños afectados por la diabetes tipo 1, al ser una patología causada por otros factores, como la genética, no tiene ningún tipo de medida de prevención. No obstante, las estrategias anteriores también son adecuadas para que los menores puedan llevar un estilo de vida saludable y con normalidad, acorde con la terapia establecida con el profesional sanitario.
Ante cualquier duda, lo más adecuado es que los padres acudan a un pediatra para que evalúe el estado de salud del menor e identifique si realmente existe algún tipo de problema de salud. Así, se indicará el tratamiento más conveniente para reducir los riesgos en la salud del niño o la niña y se reducirán los riesgos para la salud de los menores diabéticos.