Recursos web para padres de niños con obesidad:

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Sueño:

No dormir lo suficiente (tanto la duración como la calidad) se asocia con la obesidad, en parte porque el sueño inadecuado nos hace comer más y estar menos físicamente activos, pero además se producen cambios metabólicos que conducen a un aumento del apetito y apetencia por alimentos azucarados. Los niños necesitan dormir más que los adultos, y la cantidad de horas varía según la edad. Controlar los problemas de sueño puede ayudarle a tener más energía, a comer menos y a sentirse mejor en general.
Si además su hijo ronca debe consultar este síntoma con el pediatra.
Cada vez más se reconoce que el exceso de tiempo dedicado a actividades sedentarias puede tener efectos perjudiciales para la salud y, en este marco, limitar la exposición a las pantallas en los niños pequeños cobra una especial importancia.

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