Un reciente estudio publicado en la revista Psychological Science ha permitido concluir que los niños de hoy en día tienen mayor autocontrol y esperan más tiempo a recibir una gratificación que los de hace 50 años. El trabajo ha sido realizado en EEUU en base al conocido test del malvavisco (nubes de azúcar) puesto en práctica con 900 niños de distintas razas y condiciones sociales en los que se ha estudiado la relación entre la capacidad para retrasar la gratificación y los resultados conductuales y académicos a los 15 años.
El test del malvavisco consiste en dejar al niño solo en una habitación frente a esta golosina y ver a través de un cristal si es capaz de esperar 15 minutos para poder comérsela y obtener otra de regalo. La autora principal del informe, Stéphanie M. Carlson de la Universidad de Minnesota, comenta que a pesar de que en la actualidad los menores viven en una etapa de gratificación instantánea, los resultados muestran que ahora esperan más tiempo para conseguirla que los niños de los sesenta y ochenta. Y demuestra que sus padres tienen otra percepción: el 72% de pensaba que sus hijos esperarían menos tiempo y el 75% que tenían menos control sobre sí mismos.
Los autores han comparado los datos obtenidos con los aportados en una investigación realizada en los sesenta y setenta, realizada con una muestra de 600 y con el objetivo de ver si la supuesta paciencia de los niños podía tener beneficios en su futuro. Con él se demostró que los que resistían más tiempo sin comer la golosina en el futuro tenían mejores sueldos, mejores habilidades emocionales y más éxitos. Los niños analizados en la década del 2000 esperaron un promedio de 2 minutos más (durante un periodo de 10 minutos) que los de los 60, y un minuto más que los evaluados en los 80.
En cuanto a las razones para ese mayor tiempo de espera para recibir la gratificación, los autores apuntan a un aumento estadísticamente significativo en las puntuaciones del coeficiente de inteligencia en las últimas décadas. Éste se ha relacionado con los cambios rápidos de las nuevas tecnologías, una mayor globalización y cambios en la economía. Otra explicación puede ser el mayor peso que juega en la sociedad actual la educación temprana. En 1968, solo el 15% de los niños de entre 3 y 4 años de EEUU asistían a la educación preescolar, mientras que en el 2000 aumentó al 50%. Además, también hoy en día se aboga por una crianza que apuesta por la autonomía de los niños y un menor control. Por último, el aprender a esperar se define también como un factor de protección frente al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).