Se acabó el curso escolar y con ello llega la necesidad de muchas familias de llevar a los hijos a campamentos de verano que permitan hacerles disfrutar de las vacaciones en un entorno lúdico presto a la diversión y el aprendizaje. A estas alturas, los padres ya han escogido el centro al que llevarán a los pequeños mientras ellos siguen trabajando, por lo que ahora solo queda prepararse para ello. Desde la Sociedad Valenciana de Pediatría ofrecemos unas recomendaciones sobre los cuidados a seguir para que resulte un éxito.
En primer lugar los padres deberán conocer de antemano las características del recinto, qué espacios tiene, cómo se gestionan los horarios, que necesitará el niño durante su estancia en él, qué actividades se realizarán, etc. Es importante tener conocimiento previo de ello para preparar la maleta únicamente con aquello que resultará imprescindible para ellos. Eso sí, en la mochila no deberán faltar la esterilla y saco para dormir, chubasquero y ropa de abrigo, calzado cómodo, adaptado a las actividades que se vayan a practicar, y con recambios; gorra o gorros, linterna, bolsa de aseo completa sin olvidar el protector solar, toalla y documentación sanitaria. Además, será imprescindible que, en caso de enfermedad crónica, el campista lleve consigo un botiquín con aquellos tratamientos que necesite tomar junto con un informe médico. En estos casos, habrá sido fundamental la elección del campamento en base a la existencia de servicio de enfermería. En cualquier caso, los monitores se ocuparán de custodiar la medicación si fuera necesaria.
Por otro lado, será beneficioso trabajar de forma previa la parte emocional del viaje. Acaban de terminar el colegio y de nuevo se les va a pedir estar fuera de casa y lejos de los padres. Sobre todo en el caso de los más pequeños, deberán darse mensajes de apoyo y alegría, que transmitan ilusión, e involucrarles en los preparativos. Los padres deberán ser positivos y no transmitir sensación de agobio ante la separación, el dormir fuera de casa, conocer a amigos nuevos, etc. Es necesario tener confianza en el centro y los monitores, para que así ellos se sientan seguros, además de dar al campamento toda la información que consideren (intolerancias, alergias, miedos, etc.). Ante todo, les debe quedar claro que será una aventura a la que van a pasarlo bien, a divertirse y a disfrutar del verano.
Por último, los padres deberán estar concienciados de las enfermedades más comunes que pueden tener lugar durante la estancia en el campamento para poder aconsejar a los pequeños qué hacer en cada situación. Lo más habitual y lo más normal es que sufran caídas o golpes, por lo que se les debe enseñar a identificar la gravedad para avisar al personal por si necesitan atención, no es lo mismo hacerse un rasguño que torcerse un tobillo. También son comunes las picaduras de insectos por lo que sería conveniente incluir en el botiquín algún repelente o tratamiento para calmar el picor. En caso de que el niño tenga alergia al veneno de avispas o abejas deberá presentar un informe en el que se indique el tratamiento a seguir en caso de sufrir una picadura de este tipo. Otros problemas que podrán surgir son los vómitos o diarreas debidos a cambios de rutinas o de alimentación.
En cualquier caso, la primera recomendación es la de enseñar a los niños a convivir, pasarlo bien, hacer amigos y disfrutar de experiencias nuevas. Entonces el éxito estará asegurado.