Valencia, 18 de diciembre de 2019. El 50 % de los adolescentes valencianos de entre 11 y 18 años no desayuna, por lo que comienzan su día sin adquirir los nutrientes recomendados, según una revisión realizada por la Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP) a raíz de datos publicados por el estudio La adolescencia en España: salud, bienestar, familia, vida académica y social, elaborado por el Ministerio de Sanidad, en la que han participado unos 2.500 adolescentes de Alicante, Valencia y Castellón, con edades comprendidas desde los 11 hasta los 18 años.
“El desayuno es una de las comidas más importantes del día porque aporta los nutrientes necesarios para las actividades matutinas, y saltárselo perjudica la capacidad de atención, reduce el rendimiento escolar del adolescente y potencia los desequilibrios alimenticios”, explica el doctor Luis Carlos Blesa, presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría. De hecho, el desayuno debe cubrir entre el 20 y 30% de las necesidades nutritivas que se adquieren a lo largo del día, ser variado y en consonancia y equilibrio con el resto de las comidas diarias, y, a ser posible, ingerido sin prisa, según las recomendaciones de los pediatras.
Así, no desayunar es uno de los factores que incrementa el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad ya que, al retrasar la ingesta de comida hasta horas más tarde, se favorecen los comportamientos ansiosos y los malos hábitos alimenticios. En concreto, el 17% de los adolescentes de la Comunidad Valenciana tiene sobrepeso u obesidad, según los resultados de este estudio. En palabras del doctor Blesa, “es fundamental que, como en todo el periodo infantil, pero especialmente en esta etapa de la vida, los adolescentes adquieran unas pautas saludables en alimentación y actividad física, para un adecuado desarrollo físico e intelectual, que reducirá las posibilidades de padecer diversas enfermedades, como la diabetes u otras patologías cardiovasculares, entre otras”.
Otros hábitos alimentarios y de ejercicio inadecuados
Por otro lado, como hechos negativos, hay que destacar que tan solo el 30% de los menores de entre 11 y 18 años realiza alguna actividad física al menos cuatro días a la semana fuera del horario lectivo, que solo uno de cada tres come fruta a diario y, sin embargo, el 14% consume dulces o el 21% refrescos cada día. “La ingesta de determinados alimentos como bollería industrial, pastelería, chocolates y otros productos manufacturados (embutidos, salsas, precocinados…), se debe eliminar, o por lo menos consumir de forma muy esporádica, de la dieta, ya que contienen, en general, elevadas cantidades de grasas insanas, azúcares, colesterol y sal”, detalla el presidente de la SVP.
Además, este estudio del MSCBS también señala que el 40% de los menores de estas edades de Valencia, Alicante y Castellón consideran que tienen una salud excelente. Sin embargo, el 6% declararon haberse sentido solo en algún momento y el 10% tristes.
En lo que respecta al ámbito familiar, educativo y de relaciones sociales, la mayoría de los adolescentes de la Comunidad Valenciana declara sentirse satisfecho tanto con su núcleo familiar como con los profesores, compañeros de clase y sus amistades. Asimismo, el 28% de los menores asegura que les gusta “mucho” la escuela, aunque hay un porcentaje similar, del 26%, que se agobia mucho por las tareas escolares.
Correcto desarrollo de los adolescentes
“Tanto padres y madres, pediatras, profesores, como la Administración debemos trabajar de forma conjunta y global para conseguir un entorno adecuado para el crecimiento y desarrollo de los adolescentes, en el que puedan potenciar todas sus capacidades de forma segura y reduciendo, en la medida de los posible, ciertos riesgos y perjuicios”, concluye el doctor Blesa.
Todos estos datos se engloban en el informe global Health Behaviour in School-aged Children (HBSC). Este es un proyecto auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo objetivo es conocer los estilos de vida y la salud de los adolescentes escolarizados, tanto niños como niñas. Gracias a este documento, se pretende identificar los factores más significativos del contexto social de los adolescentes para diseñar estrategias de intervención orientadas a la promoción de la salud en este sector de la población.
