- La Sociedad Valenciana de Pediatría advierte que no se han cubierto las sustituciones de los pediatras de AP en verano, tan solo en centros de salud o consultorios que son recurso único
- La asistencia a la COVID está repercutiendo negativamente en la asistencia a otras patologías y a la actividad preventiva y de supervisión de la salud, objetivo principal de la Atención Primaria
La Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP) alerta sobre la necesidad de externalizar la gestión contra la COVID19 en Atención Primaria. Para combatir de forma eficaz esta “quinta ola” los pediatras valencianos reclaman externalizar el seguimiento de contactos y pacientes COVID, así como la vacunación, sin utilizar los recursos materiales ni humanos de AP.
Los expertos valencianos advierten que, en general, no se han sustituido las ausencias de los pediatras de Atención Primaria este verano, tan solo en centros o consultorios de salud que son recurso único, es decir, aquellos con un solo especialista en Pediatría.
La falta de personal para sustituciones es solo uno de los problemas de una Atención Primaria valenciana que se encuentra “al borde del colapso”. La presidenta de la SVP, Eva Suárez Vicent, es clara al respecto: “La pandemia ha empeorado de forma drástica la situación en Atención Primaria, poniendo en evidencia las carencias del sistema. Si queremos frenar la evolución de esta quinta ola y proteger la salud de niños y adolescentes, la Administración debe apostar por la Atención Primaria, mejorar las condiciones laborales de los facultativos y los recursos materiales para poder atender mejor a la ciudadanía”.
Según datos del Ministerio de Sanidad, la incidencia en la autonomía supera este mes de agosto los 560 contagios por cada 100.000 habitantes, mientras que en julio no alcanzaba los 145 positivos. La quinta ola ha disparado todos los indicadores en la comunidad, que se encuentra en riesgo extremo de propagación por coronavirus.
Proteger a los niños, prioritario
Al inicio de la pandemia se desconocía cómo iba a afectar el Covid19 a nuestra población infantil. El cierre de las escuelas y el distanciamiento social hizo que hubiera pocos casos en esta franja de edad, y los casos que se presentaron no tuvieron la gravedad observada en las personas mayores.
En la actualidad tenemos más información, pero las nuevas variantes del virus obligan a ser muy precavidos. “El escenario en otoño puede ser preocupante con la vuelta a las aulas y las variantes del virus que están apareciendo. Además, estamos empezando a ver cada vez más casos de virus propios del otoño, como la bronquiolitis, ya en estos meses de verano”, advierte la doctora Suárez. “Con el inicio del curso escolar, van a coexistir las infecciones habituales de los niños en otoño con el COVID19. Y, además, debemos continuar con asistencia a otras patologías (obesidad, asma, diabetes…) y los controles de salud, tan importantes para detectar precozmente patologías o alteraciones del desarrollo”, añade la experta.
La adecuada atención sanitaria pediátrica está en peligro por la saturación de servicios y la falta de personal. Es necesario disponer de circuitos diferenciados para evitar contagios en los centros sanitarios. Por ello, la SVP destaca que se necesitan medios humanos, físicos y tecnológicos, además de formación continua sobre la evolución de la pandemia y protocolos de actuación en función de la situación epidemiológica de cada momento.
La SVP también explica que “la Atención primaria no es solo la asistencia a los niños con patología. Las actividades preventivas y los controles de salud con las vacunaciones son un punto muy importante y se están viendo afectados por la falta de recursos y sobrecarga asistencial. Todo esto conlleva una demora en la realización de los controles de salud para realizar los informes de salud escolar que solicitan en el inicio de la escolarización y en los cambios de ciclo”.
Consultas a demanda
La situación es más complicada cuando las consultas las solicitan directamente los familiares (a demanda). Para la SVP, la situación asistencial es más llevadera cuando la consulta inicial es telefónica, pues permite el cribaje previo para diferenciar entre pacientes con posible COVID-19 y otros motivos (revisiones, consultas, otras patologías…), lo que facilita, si es necesaria, su atención presencial en salas y horarios diferenciados, y la disminución del riesgo de contagios.
“Para su tranquilidad, las familias deben saber que, si el motivo lo precisa, la cita telefónica inicial se transformará en una visita presencial programada posterior, aunque suponga un gran esfuerzo de organización para los profesionales que estén trabajando en ese momento. Las visitas directas sin previo aviso a los centros de salud deberían reservarse solo a verdaderas emergencias”, concluyen desde la sociedad de pediatras.