El síndrome boca-mano-pie es una enfermedad contagiosa que se produce por la infección generada por los virus de la familia enterovirus. El más frecuente de ellos, el tipo Coxsackie A16, suele estar presente en los fluidos corporales como la saliva, las heces o las mucosas o en cualquiera de los objetos que hayan estado expuestos al mismo. Esta patología es una de las más frecuentes en la población infantil, sobre todo en aquellos niños que están comenzando a andar y hasta los cinco años, pero se puede manifestar en cualquier etapa de la infancia o preadolescencia.
El síndrome boca-mano-pie es más habitual en grupos de población muy concentrados o numerosos. Por ello, es conveniente extremar la higiene, tanto de las manos como de todos los objetos susceptibles de estar contaminados, en lugares como guarderías o escuelas infantiles.
Síntomas de la enfermedad boca-mano-pie
Los síntomas del síndrome boca-mano-pie aparecen entre tres y siete días después de la exposición al virus y suelen presentarse en forma de erupciones o ampollas leves en los pies, las manos, el área de la boca y la nariz o la región pélvica donde se coloca el pañal. Estas lesiones vesiculares son bastante molestas y pueden causar dolor moderado si reciben una determinada presión. No obstante, también puede manifestarse en forma de dolor de cabeza, pérdida del apetito, dolor de garganta e incluso, pasados unos días, puede ocasionar la caída de algunas uñas, especialmente de las manos.
A pesar de ser una enfermedad leve, que no se suele complicar, en los casos más graves se pueden producir úlceras en la garganta y en el interior de la boca, cuadros de fiebre moderada y prolongada o gastroenteritis agudas. En ocasiones puntuales, el virus puede provocar también sequedad en las mucosas y la piel, coloración excesiva de la orina, pérdida de peso e irritabilidad.
Por ello, si los síntomas se agravan es necesario acudir de nuevo al pediatra para que evalúe los riesgos e indique el tratamiento más adecuado ya que se pueden producir fuertes deshidrataciones o intensas convulsiones debido a la fiebre.
Tratamiento de la enfermedad boca-mano-pie
En la actualidad, no existe un tratamiento concreto y específico para esta enfermedad ya que es una patología vírica y los antibióticos no tratan virus. Las terapias ofrecidas se limitan a tratar los síntomas mediante fármacos como los indicados para bajar la fiebre o calmar el dolor de garganta. También se pueden complementar con colutorios bucales indicados para las molestias de las úlceras de garganta y boca y con bebidas frías para las erupciones.
Además, es muy importante mantener una alimentación e hidratación adecuada ya que tanto la fiebre como las posibles gastroenteritis pueden producir deshidratación y pérdida de apetito como consecuencia de las heridas que la enfermedad puede ocasionar en la garganta. Para estos menores, es recomendable beber mucho líquido y tomar alimentos como purés, cremas o sopas. Con ello, se consigue que la ingesta de nutrientes sea más fácil y se minimizan las molestias al tragar. Dada la levedad de la enfermedad, los síntomas remitirán en un periodo de unos días y entorno a la semana, la recuperación será completa.
Prevención del síndrome boca-mano-pie
Cuando el niño con síndrome boca-mano-pie tenga fiebre alta y rechazo de la comida, por las úlceras en la boca, es recomendable evitar el contacto con otros niños. A este respecto la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria recomienda la exclusión en caso de que “el niño se encuentre mal (no coma)”.
Además, es fundamental extremar la higiene y frecuencia del lavado tanto de las manos como de otras zonas del cuerpo y de los objetos que hayan podido estar en contacto con fluidos corporales infectados, fundamentalmente la saliva.