El verano es el periodo vacacional por excelencia y el momento del año en el que más viajes se realizan en coche. Unos trayectos de larga duración, de más de una o dos horas, que pueden generar mareos y otros síntomas relacionados en los niños.
Este malestar, denominado cinetosis o mareo por movimiento, es un problema de salud transitorio que se produce por un trastorno del equilibrio causado por el movimiento del vehículo o el medio de transporte en el que se viaje ya que es algo que también sucede en trenes, barcos, aviones e incluso atracciones. Así, la descoordinación que recibe el cerebro al percibir movimiento a través de los ojos y los estímulos que produce el oído interno estando quieto genera una pérdida de equilibrio que causa este trastorno.
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Síntomas de la cinetosis
Los síntomas de cinetosis o mareo por movimiento se caracterizan por una sensación de malestar general, sudores fríos e incluso vómitos y son muy frecuentes en los niños. Cuando los niños tienen menos de 24 meses, los mareos al viajar en coche son poco comunes. Sin embargo, a partir de los 2 años y hasta los 12 o 13 años, es más probable que se produzcan estos trastornos y que disminuyan con la adolescencia y la madurez, aunque algunas personas siguen sufriendo mareos a lo largo de su vida.
Además, si los viajes se producen en verano, el aumento de las temperaturas propio de esta época del año y las situaciones de intenso calor que se pueden producir dentro de un vehículo, también influyen en la presencia de estos síntomas.
Medidas contra los mareosen niños al viajar
Según los datos del Dirección General de Tráfico, durante el verano de 2018, se realizaron más de 90 millones de desplazamientos por carretera y para este año se espera que se aumenten los viajes en coche. Por ello, la Sociedad Valencia de Pediatría recomienda una serie de medidas a tener en cuenta para intentar minimizar las posibilidades de aparición de este trastorno en los niños que viajan en diferentes medios de transporte, especialmente en coche.
Antes de que los síntomas aparezcan, hay que intentar que los niños mantengan su atención y vista fija en el horizonte o a través de las ventanas traseras. Al focalizar la atención en este punto, la percepción de movimiento se disminuye de forma notable y se consigue reducir las probabilidades de aparición de los mareos.
Algunos padres optan por entretener a los niños durante el viaje para que el trayecto se haga más ameno con lecturas, dibujos, móviles o dispositivos electrónicos. En un primer momento, el menor se mantiene concentrado en esas actividades, sin embargo, al no ser consciente de que está en movimiento, si levanta la vista y percibe la velocidad de los objetos que rodean al vehículo, es más probable que se maree de forma aún más rápida. Por ello, es conveniente evitar estos aparatos en el coche y recurrir a otro tipo de actividades como cantar, imaginar formas en las nubes o juegos tradicionales como el veo-veo.
Temperatura adecuada en el coche
Otro de los aspectos que puede influir de forma notable en los mareos de los niños son las condiciones del vehículo. Por ello, hay que mantener una temperatura óptima en el habitáculo durante todo el año, entre 22 y 24 grados, especialmente en verano, y evitar los olores fuertes e intensos porque pueden incrementar el malestar.
Si se puede, una de las mejores alternativas para evitar los mareos y la cinetosis es intentar que los niños se duerman durante el trayecto ya que así se evita la sensación de pérdida de equilibro.
En lo referente a las comidas, es adecuado que el menor no coma en exceso ni tenga hambre ya que estas sensaciones pueden incrementar el malestar. En este sentido, hay que mantener una hidratación constante y aprovechar las paradas durante el viaje, cada dos horas o 200 kilómetros, para ingerir algo ligero.
Consulta con el pediatra
Los fármacos contra el mareo son efectivos, pero deben considerarse como una de las últimas opciones ya que pueden producir algunos efectos secundarios. Si el menor padece mareos o cinetosis de forma muy frecuente, lo más adecuado es acudir a un pediatra para que en el caso de que sea necesario indique la toma de algún tipo de medicamento.
No obstante, si a pesar de todas estas medidas y consejos, el niño o niña comienza a sentir cierto malestar y empieza a mostrar estos síntomas, lo más recomendable es airear el habitáculo y bajar las ventanillas, además de parar en una zona de descanso y salir del coche durante unos minutos. Se puede aprovechar para que le menor tome algún tipo de líquido o comida ligera que le ayude a refrescarse y recuperarse de esa mala sensación.