Concienciar a los niños sobre el uso de mascarillas en sus salidas a la calle puede ser complicado para los padres. Los pequeños se ven inmersos en una vorágine de cambios que no comprenden y que afectan a su rutina diaria. Además, pueden quejarse de que les agobia, les da calor o se les mueve. Para ayudarles, desde la Sociedad Valenciana de Pediatría hemos preparado unos consejos para las familias.
Como punto de partida, debemos ser conscientes de que el uso de la mascarilla persigue evitar el contagio del Covid-19 siempre que no se pueda mantener la distancia de seguridad de 2 metros. Se trata de una medida de seguridad establecida para adultos, niños y adolescentes. Pero, como indica la Asociación Española de Pediatría (AEP), es necesario que el uso de máscaras en los niños sea precedido por un proceso educativo con el objetivo de obtener cooperación y concienciación por parte de los menores.
Por ello, el primer paso debe ser explicarles su funcionamiento y ser un ejemplo de buena práctica. Si los niños ven que toda la familia hace uso de las mascarillas, será más sencillo que accedan a llevarlas en los paseos o en las horas de juego al aire libre. A su vez, recomendamos hacerles partícipes de las normas y que sean ellos mismos quienes se controlen e incluso controlen a otros miembros de la familia.
A través del juego será más sencillo que interioricen estas normas. Por ejemplo, se puede improvisar una pequeña mascarilla y colocarla a su peluche o juguete preferido a la hora de salir a la calle. Al igual que los animará a su uso disponer de mascarillas infantiles con dibujos o motivos más atractivos. Siempre verificando que se trata de modelos homologados y que cumplen con el adecuado nivel de protección.
Si en un primer momento los niños muestran miedo a salir a la calle o a ponerse la mascarilla porque se agobian, podemos ir poco a poco ampliando el tiempo de los paseos, de unos pocos minutos a una hora, hasta que se habitúen al contexto de la desescalada y la posterior nueva normalidad.
Por último y no menos importante, hay que mantenerse vigilantes y al mismo tiempo comprensivos pero firmes en lo que respecta al uso de las mascarillas por el adolescente. Su natural rebeldía y sensación de invulnerabilidad hace imprescindible, más que nunca, predicar con el ejemplo y entablar un diálogo que le permita concienciarse (hacerlo protagonista) de lo importante de su colaboración para la salud de todos y la suya propia.
Situaciones en que no recomendamos el uso de mascarilla
A pesar de ello, hay situaciones en que los niños no deben usar mascarilla. Como norma general, las mascarillas solo se deben usar a partir de los 2-3 años. Los niños menores de esa edad corren riesgo de asfixia. En su documento sobre recomendaciones para el uso de mascarillas en edad pediátrica, la AEP señala que en la práctica será complicado que la usen adecuadamente los menores de 5 años, pero hay que intentar que vayan aprendiendo su importancia. También se debe evitar forzar el uso de mascarilla si el niño tiene dificultad para respirar con la cara cubierta o no se la puede quitar solo.
La mascarilla siempre debe estar bien colocada y ser adecuada para el tamaño de la cara del niño. Concretamente, hay 3 tamaños infantiles: pequeña, de 3 a 5 años; mediana, de 6 a 9 años; y grande, de 10 a 12 años. La idea es que ellos aprendan a ponerse y quitarse solos la mascarilla, pero siempre bajo la supervisión de un adulto, así como a evitar tocarse la cara cuando las lleven puestas.
En el caso de tener que acudir al centro de salud a una consulta o a cumplir con el calendario vacunal, recomendamos a los padres que tanto niños como adultos vayan con sus correspondientes mascarillas y no se la retiren a no ser que el pediatra lo indique específicamente. Esta medida de seguridad permite no solo proteger a los niños del Covid-19 sino también reducir el riesgo de infección en personas mayores o enfermas que necesiten acudir a las instalaciones médicas y a los propios profesionales sanitarios.