Recomiendan no retrasar la introducción de alimentos sólidos más de los 10 meses

La Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP) ha publicado un documento de recomendaciones sobre la alimentación en lactantes y preescolares dirigido a padres. El mismo ha sido presentado en la jornada inaugural del Curso Académico 2018-2019 que se ha celebrado este lunes en el Colegio de Médicos de Valencia.

En cuanto a la introducción de alimentos sólidos, se aconseja que a partir de los 6-8 meses se le ofrezcan alimentos grumosos o aplastados con el tenedor, carne o pescado desmigados, fruta pelada y otros alimentos blandos que puedan comer ellos mismos con las manos, y después chafados o en trocitos. Después se darán sus primeros alimentos más sólidos: tortilla, jamón york, queso, arroz, pasta…Y en todo caso, conviene no retrasarlo más de los 8 o 10 meses.

OMS: alimentación complementaria

Sonre el momento idóneo de empezar con la introducción de la alimentación complementaria (AC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la lactancia materna exclusiva es recomendable mantenerla hasta los 6 meses, y que es ese el momento generalmente adecuado para complementar la alimentación y satisfacer así las necesidades nutricionales del lactante más mayor. En la SVP aclaran que el hecho de que el bebé empiece a tomar ya nuevos alimentos no es sinónimo de que haya que retirarle la leche. Ya sea materna o artificial, la leche seguirá siendo unos meses más su sustento principal; los nuevos alimentos no la sustituyen, la complementan. Por otra parte, casi todos los alimentos se pueden incluir en la dieta a partir del medio año. Eso sí, no añadir sal ni azúcar a sus comidas.

Una de las recomendaciones distintas a las vigentes hace unos años, es que no se debe retrasar la introducción de alimentos potencialmente alergénicos, como, por ejemplo, el huevo, el pescado o algunas frutas, pues no ha demostrado prevenir las posibles alergias a estos alimentos. En el caso del gluten, uno de los que generan más dudas y polémicas, e recomienda introducirlo sobre los 6 meses de edad, de forma gradual.

A partir del año de edad es importante que desde el ámbito familiar se promueva una dieta variada y saludable, en general pueden comer su mismo menú, salvo comidas muy grasas y bebidas energéticas o con gas. Las frutas y verduras, de todos los tipos y colores, los carbohidratos como pan, arroz o pasta, así como la carne y el pescado (y a veces huevo), deben estar presentes en su alimentación diaria, y lo más recomendable es que hagan entre 4 y 6 comidas cada día, 3 principales y 2-3 más pequeñas entre las mismas. Leche y derivados lácteos aproximadamente medio litro en total al día, legumbres 3 veces por semana. Otra recomendación importante que hace la SVP es no preocuparse en exceso si comienzan a ingerir menos cantidad de comida, a esta edad el crecimiento se ralentiza y es normal que prefieran jugar y descubrir mundo, es lo habitual que ajusten su ingesta a sus nuevas necesidades energéticas, algo menores que en etapas previas. Hay que respetar su saciedad.

Para facilitar esta etapa llena de interrogantes, la SVP ha elaborado un documento de recomendaciones sobre la alimentación complementaria  dirigidas a los padres y madres entre las que destacan las siguientes:

  • Iniciar la AC de forma individual: hay que tener en cuenta las necesidades de cada bebé y respetar cuándo tiene hambre y cuándo está saciado. Sin forzar ni comparar con otros niños para evitar frustraciones.
  • A partir de los 6 meses pueden comer casi todo tipo de alimentos: carne, pescado, cereales, frutas y verduras deben incluirse. Al mismo tiempo o poco después, también huevos y legumbres, y lácteos como yogur y queso fresco a partir de los 10 meses. Primero en forma de puré o de alimentos adecuados para comer con las manos y pasar antes de los 10 meses a texturas más sólidas.
  • Empezar con pequeñas dosis: dos cucharaditas o pequeños trozos para que pruebe el nuevo sabor e ir aumentando la cantidad.
  • No empezar con nuevos alimentos a la vez: es aconsejable separar unos días entre ellos. Tener paciencia, muchas veces precisarán varias repeticiones para aceptar un nuevo alimento.
  • El huevo: a partir del 6º mes se le puede dar huevo cocido y triturado, nunca crudo. El gluten: también sobre el 6º mes, pero siempre de forma gradual.
  • No darle leche de vaca no modificada como lácteo principal antes de cumplir el año: su fuente láctea básica deber ser la leche materna o la fórmula de continuación. Sin embargo, sí pueden darse pequeñas cantidades de la misma en forma de yogur o queso fresco.
  • No endulzar ni salar los alimentos: ni el azúcar ni la sal deben administrarse antes del año de edad. Tampoco la miel. A partir de los 12 meses, las comidas deben contener poca cantidad de sal y azúcar y conviene variar las formas de cocinado para que el pequeño se acostumbre.
  • Comida casera: con buena materia prima, es la más recomendable. Los potitos y demás productos industriales procesados, aunque es válido su consumo ocasional, suelen contener mayor cantidad de componentes no saludables.
  • Sin carnes procesadas: hay que evitar los embutidos, los fiambres y los precocinados como las pizzas o nuggets. Contienen gran cantidad de azúcar, calorías, sal y grasas trans y saturadas. Lo mismo cabe decir de la bollería industrial, las golosinas y los dulces, cuanto menos, mejor.
  • Agua: aunque tome el pecho, en este caso menos importante, o el biberón, es aconsejable ofrecerle agua de vez en cuando, sobre todo en épocas de calor. Al año de edad debe tomar unos dos vasos diarios de agua.
  • Alimentos con riesgo de atragantamiento: Evitar los alimentos duros o redondeados de pequeño tamaño, como frutos secos enteros, aceitunas, palomitas, caramelos, uvas, manzana o zanahoria cruda en pequeños trozos…, por el alto riesgo de atragantamiento que conllevan. No ofrecer en menores de 3 años, e incluso mejor más mayores.

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