En los meses de frío, en especial de noviembre a marzo, la bronquiolitis es uno de los principales motivos de visitas al pediatra en lactantes y niños pequeños. Se trata de una infección vírica que afecta a los bronquios más pequeños, causando, tos y dificultad respiratoria.
El principal responsable de esta infección es el virus respiratorio sincitial (VRS). Este virus provoca que los bronquios se inflamen, y al hacerlo, se dificulta el paso del aire a los pulmones. Los niños que más riesgo tienen de desarrollar esta patología son los prematuros, los lactantes y los menores de 6 meses debido a la falta de madurez de su sistema de defensas. Los menores que sufran de patologías previas u otros problemas de salud como cardiopatías, enfermedades pulmonares o deficiencias en su sistema inmune tienen un mayor riesgo de contraer bronquiolitis.
Sintomatología común de la bronquiolitis
Al principio se manifiesta como un resfriado común por la congestión, la tos y la fiebre. A medida que la enfermedad avanza, los pequeños comienzan a respirar peor, hasta podrían presentar dificultad para alimentarse debido al esfuerzo que tienen que hacer para respirar. Se notará más rápida la respiración del menor y se le marcarán las costillas al hacerlo. También se pueden escuchar silbidos cuando respira.
Es importante destacar que, al tratarse de un virus, no deben administrarse antibióticos. La bronquiolitis, por lo general, no causa complicaciones graves en la mayoría de los niños que la sufren y tiene una evolución de 7 a 10 días. El mejor consejo para los padres es armarse de paciencia e ir aliviando la sintomatología común en casa siguiendo estas directrices:
- Mantener al niño bien hidratado
- Administrarle antitérmicos como Paracetamol o Ibuprofeno si presenta fiebre
- Realizarle lavados nasales si tiene demasiado moco
- No forzarle a comer, si tiene menos apetito ofrecerle cantidades más pequeñas y alimentos blandos para evitar la fatiga
- Evitar los mucolíticos y antihistaminicos
- No fumar en casa
¿Hay que consultar con el pediatra?
Como se ha mencionado, lo habitual es que la bronquiolitis se resuelva sola, pero cuando se observa la dificultad respiratoria en el pequeño, conviene pedir cita con el pediatra para que lo examine. Hay que acudir de urgencia si presenta los siguientes:
- Fiebre muy elevada
- Respira demasiado agitado
- Se marcan las costillas al respirar
- No quiere comer
- Tiene pausas respiratorias
- Los labios y las uñas están de un color azulado
El contagio se suele producir de unos niños a otros mediante la inhalación de las partículas víricas cuando un niño infectado estornuda o tose, al compartir los juguetes en la guardería o beber del mismo vaso.
Para prevenir la bronquiolitis sirven las mismas pautas de prevención que para la gripe como lavarse las manos con frecuencia, limpiar los juguetes o evitar los lugares demasiado concurridos como los parques o las guarderías en épocas de gran incidencia del virus.