La neumonía es una inflamación de los pulmones, causada por bacterias y/o virus. Dado que el riesgo de padecer enfermedades respiratorias aumenta en los meses de otoño o invierno, desde la Sociedad Valenciana de Pediatría explicamos a las familias cómo prevenir la neumonía y cuándo deben consultar con su pediatra.
La neumonía se puede transmitir de diversas formas: por la inhalación de virus y bacterias que se encuentran comúnmente en la nariz o en la garganta de los niños, y que pueden infectar los pulmones; o a través del aire, por las gotas producidas al toser o estornudar. Además, diversos factores externos, como la exposición al humo del tabaco o la contaminación atmosférica, sobre todo en bebés y niños con un sistema inmunológico menos desarrollado, pueden aumentar el riesgo de contraer neumonía. Una patología respiratoria que, aunque no es tan letal en los países desarrollados, es la causa de muerte de más de 800.000 niños menores de cinco años cada año en todo el mundo, según datos de Unicef.
Posibles signos y síntomas de la neumonía
Cada niño puede manifestar los síntomas de manera diferente, en función de su edad o la causa de la neumonía. Sin embargo, los síntomas más comunes son los siguientes:
- Tos.
- Fiebre y escalofríos.
- Respiración rápida o dificultosa.
- Dolor en el pecho (niños mayores) o dolor abdominal.
- En casos extremos, coloración azulada de labios y uñas (cianosis).
Ante la combinación de alguno de estos síntomas recomendamos a las familias ponerse en contacto con su pediatra de referencia o, en casos graves, acudir a urgencias.
Será el pediatra el que lleve a cabo el diagnóstico de la neumonía a través de la evaluación de la clínica y un examen físico del niño. El examen físico sirve para comprobar el aspecto y signos vitales del menor o si tiene sonidos anormales a la auscultación, uno de los principales signos. En algunos casos, el pediatra puede solicitar una radiografía de tórax para confirmar la neumonía o un análisis de sangre para valorar su gravedad.
¿Cómo se trata la neumonía?
La mayoría de los niños pueden tomar el tratamiento en su casa. Ingresan en el hospital los niños muy pequeños, los que parece que están graves o los que tienen alguna enfermedad que se puede complicar.
En casa las familias deben tener en cuenta:
- Si tiene fiebre tomará paracetamol o ibuprofeno.
- Dar de beber líquidos. Así estará bien hidratado.
- Pueden aliviarle los lavados nasales con suero fisiológico y aspirar las secreciones.
- No se recomienda usar medicinas para la tos. Si quitamos la tos no se eliminan los mocos que produce la infección.
- No se recomiendan mucolíticos ni expectorantes. Pueden tener efectos secundarios graves.
- Le dirán que tome antibiótico si se sospecha neumonía por una bacteria.
- Los antibióticos no sirven si la neumonía es por virus. Estos niños sólo necesitan control.
Se deben seguir siempre los consejos del pediatra y no dar otras medicinas a los niños. Tampoco suprimir el tratamiento que le han indicado. Nuestra recomendación es consultar de nuevo si el menor empeora o no se observa ninguna mejoría en 24-48 horas tras el diagnóstico.
Consejos para prevenir la neumonía
Desde los primeros meses de edad, cuando los niños son más vulnerables, recomendamos:
- Mantener una adecuada higiene de manos en todos los miembros de la unidad familiar.
- Ventilar frecuentemente las diferentes estancias del domicilio.
- Evitar la exposición de los niños a humos y sustancias contaminantes.
- La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es prolongar la lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida del bebé para ayudarle a prevenir infecciones de las vías respiratorias.
- Si alguien dentro de casa presenta una infección respiratoria, evitar el contacto.
A su vez, cumpliendo con el calendario vacunal establecido, a partir de los 2 meses se inicia la vacunación frente al neumococo, responsable de la mayoría de casos de neumonía bacteriana. La vacunación es la forma más efectiva de prevención de enfermedades graves y ha demostrado ser segura y eficaz frente a las variedades más habituales de neumococo.